La estética de tu sonrisa

Nada más lejos de mi interés y de mis creencias que trasmitir un culto exagerado al cuerpo o la idea de que sólo la envoltura externa hace apetecible un regalo; por supuesto, la personalidad, los sentimientos, la complicidad, las afinidades, la capacidad para compartir, el humor son otros de los muchos atributos que hace que un ser humano sea agradable para otro; pero no por ello, vamos a dejar de aceptar que es una realidad que la Sociedad actual exige y demanda una mejor presencia física, que los problemas de nuestra apariencia crean desordenes internos en la apreciación de nosotros mismos y en la propia aceptación y por ende en la consecución de nuestra felicidad y de las personas que nos rodean. La meta no es ser hombres y mujeres 10, sino sacarle el mayor partido a lo que la naturaleza nos ha entregado, y sin olvidar que la estética baraja parámetros como la edad, y por qué no el gusto personal y la imagen que queremos enviar al exterior. El canon griego de unas determinadas medidas o la encorsetada estética de tiempos atrás, no tiene nada que ver con las corrientes liberales actuales que tienden a respetar a los individuos como seres diversos y con patrones estéticos diferentes. También intervienen los patrones culturales, no es lo mismo el canon de belleza americana o el europeo, el africano o el del mundo asiático o árabe, si bien es cierto que dada las facilidades actuales de comunicación e intercambio se producen fenómenos de mezclas de patrones, que yo creo que son enriquecedores de nuestro mundo actual y que de una manera oculta ayudan a derribar algunas barreras culturales. En el siglo XXI, los profesionales que desde diferentes aspectos nos ocupamos del cuerpo humano y de algunos aspectos que condicionan su imagen externa, no debemos olvidar estos principios: un respeto absoluto por los esquemas estéticos diversos, y un concepto de tolerancia integradora. La sonrisa y la expresión de nuestra boca, sus gestos, la turgencia de sus tejidos, provocan en gran medida una tarjeta de presentación de nuestro mundo externo e interno a la Sociedad y somos conscientes de ello como se observa en la creciente demanda de tratamientos y cosméticos dedicados a embellecer y mejorar estos aspectos.